K. es una mujer senegalesa que llegó a España hace año y medio. Con un español todavía balbuceante y mucho miedo, cuenta su historia desde el anonimato.“Navegamos muchos días en el mar”. La patera de K. llegó a las Islas Canarias con la mitad de los pasajeros deshidratados y hambrientos, “hasta había un par de personas que se quemaron con el motor”.
Su condición de mujer embarazada de tres meses le permitió pasar menos penurias gracias a la solidaridad de sus compañeros de viaje.
Los recién llegados deben ser trasladados a la prefectura local, un juez proceder a decretar la liberación o la detención en un cie. A los supuestos menores se les hace una prueba ósea para determinar su edad aproximada.
A K. la enviaron al cien el Matorral, a pesar de estar embarazada. Según la normativa española, las mujeres encinta pueden permanecer en los cie hasta el sexto mes de embarazo. Luego son entregadas en custodia a
Según el informe elaborado a mediados de 2007 por la consultora independiente Steps Consulting Social y el Centro Español de Ayuda al Refugiado (cear) por encargo del Parlamento Europeo sobre la situación de los cie en España, el centro de El Matorral se encuentra “al límite de la dignidad humana”.
El Matorral tiene capacidad para albergar a 1010 personas pero son cerca de 1386, desde que se comenzaron a utilizar módulos deshabitados. Según este documento este cie es un auténtico infierno.

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