martes, 9 de septiembre de 2008

PARTE I: AFRICANOS MUEREN EN EL OCÉANO

En un año, seis mil personas murieron tratando de inmigrar a España en lanchas.

Los que logran llegar vivos son recibidos por un sistema migratorio opresor e incluso violador de los Derechos Humanos. Los informes de organismos internacionales y las noticias internacionales tienen los ojos de Europa puestos en la migración indocumentada.

LA LLEGADA

Miércoles 9 de julio de 2008, 11 p.m. Una pequeña lancha con el motor roto navega a la deriva frente a la costa de Andalucía. Hace cinco días salió de África con 48 personas, pero solo quedan 34. Las otras 14 han muerto durante la travesía, nueve eran bebés.

Los medios de comunicación muestran la llegada y la intervención de la Cruz Roja. Muchos pensarían que el infierno ha concluido, pero no es más que una ilusión. Mientras los periodistas corren a cubrir el próximo naufragio, gran parte de los sobrevivientes que se recuperan son conducidos a un Centro de Internamiento de Extranjeros (cie). Allí la prensa no puede seguir contando la historia.

EL PROBLEMA

Desde la puesta en marcha por parte de la Unión Europea del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (sive) la migración cambió. La mayoría de inmigrantes, procedentes de África, se desplazaron del Estrecho de Gibraltar hacia las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.

Luego de la tragedia que costó la vida a 15 personas al intentar cruzar las gigantescas alambradas que separan Ceuta y Melilla del reino marroquí, en octubre de 2005, el gobierno de Madrid optó por aumentar la altura de las vallas y logró que el gobierno del país africano se comprometiera a patrullar la zona fronteriza con más esmero.

A partir de 2006 la implantación del sistema de vigilancia Frontex en las costas africanas del Atlántico llevó a que los inmigrantes comenzaran a embarcarse. El viaje hasta las Islas Canarias puede llegar a durar entre 15 y 20 días.

A finales de ese año la nueva política de control fronterizo había dado sus primeros frutos: seis mil muertos, según cifras aproximadas del propio gobierno español.